SUCEDIÓ EN NOCHEBUENA

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SUCEDIÓ EN NOCHEBUENA

La noche de la ilusión
La noche de la ilusión

Hoy puede ser un gran día…

Eran  las ocho de la mañana de un crudo día madrileño de Nochebuena cuando, puntualmente, sonaba el teléfono de la mesita de la habitación 928  del hotel Santa Cristina.

Madrid (Plaza de Cibeles)
Madrid (Plaza de Cibeles)

Cuando Marcos Ruiz descolgó el teléfono, una agradable voz femenina le informó: Buenos días señor, son las ocho de la mañana del miércoles 24 de diciembre, Nochebuena. 

La noche anterior, Marcos había ordenado en la recepción del hotel de que se le avisara a esa hora, puesto que, el día siguiente  a las 13,30, debía tomar el avión de regreso a Barcelona.

Hotel Santa Cristina (habitación 928)
Hotel Santa Cristina (habitación 928)

Sin embargo,  sin esperar la llamada de su despertador telefónico, a las siete de la mañana Marcos ya se había levantado y aseado. También había dejado prácticamente preparada la pequeña maleta que utilizaba para sus rápidos viajes.

Para una o dos noches solía llevar un pijama, muda interior, dos camisas, dos corbatas, productos de aseo y un paraguas.

Esa mañana Marcos estaba especialmente  eufórico y muy orgulloso del éxito obtenido en su gestión del día anterior en la capital de España. Había logrado firmar nada menos que un contrato de colaboración a nivel internacional, entre su empresa y una de las más prestigiosas cadenas de alimentación para mascotas.

Cats & Dogs Company, la acreditada industria de alimentos  que preside Marcos Ruiz, está a punto de lanzar al mercado una nueva marca que aspira a convertirse, en poco tiempo, en un producto de referencia para animales de compañía. Se llama Animal’s  y se ha diseñado para que sea la marca insignia de la Cats & Dogs Company. Para ello Animal’s deberá ocupar uno de los lugares preferentes del sector, no sólo a nivel de proyección publicitaria, en cuanto a imagen de marca se refiere,  sino también al de  la ubicación donde, estratégicamente, deberá exhibirse en cada tienda.

Mientras ojea el periódico de la mañana que, momentos antes, le habían pasado por debajo de la puerta de su habitación, Marcos  recuerda que, antes de salir de Barcelona, les había prometido a su esposa Aurora y a sus hijas, Montse y Maite, que si regresaba temprano de su viaje a Madrid, asistirían los cuatro por la tarde a la representación de “Els Pastorets” en el teatro Romea.

Cartel de Els Pastorets en el tatero Romea
Cartel de Els Pastorets en el teatro Romea

Sin pensárselo dos veces, Marcos descuelga el teléfono para pedirle a la operadora del hotel que le ponga en contacto con el departamento de reservas de la compañía aérea Iberia.

A continuación, Marcos marca el número del restaurante. Una voz masculina le atiende al otro lado del teléfono: Restaurante, ¿dígame?

Mire usted, le agradecería que, en cuanto puedan, me suban el desayuno a mi habitación, deseo un zumo de naranja, un café con leche y unas tostadas con mermelada.

En seguida, señor ¿algo más?

No, nada más, muy amable. Gracias.

Justo al colgar el teléfono, suena éste de nuevo.

Es la voz de la operadora del hotel: Señor, al habla el departamento de reservas de Iberia. Le paso.

Operadora del hotel
Operadora del hotel

Muchas gracias, señorita.

Buenos días ¿hablo con reservas de Iberia?        

(4) Logo de IberiaEfectivamente caballero, responde una voz femenina, ¿en qué puedo servirle?

Verá, señorita, tengo una reserva para el vuelo Madrid-Barcelona  de hoy  a las 13,30.  Mi nombre es Marcos Ruiz. Quisiera saber si hay alguna posibilidad de poder adelantarlo.

Un momento, por favor, que compruebo sus datos… Efectivamente, caballero, figura una reserva a su nombre, en Business Class, para el vuelo IB 045 de las 13,30 horas.

Un segundito que compruebo si existe alguna plaza vacante en vuelos anteriores al suyo, aunque no será fácil puesto que en fechas navideñas como la de hoy, Nochebuena, no acostumbran a efectuarse  anulaciones.

Vamos a ver . . .  el vuelo de las 10 está completo. Veamos el posterior . . . , pues mire ha habido suerte, tenemos una anulación en el vuelo de las 11 de la mañana, asiento 2B pasillo, de la fila 12 de emergencia que consta de dos asientos. Aunque existe un pequeño problema, es  clase turista y la reserva que usted tiene es de Business Class.

No obstante, señor Ruiz, si a usted no le importa, le puedo cambiar el vuelo y reembolsarle el importe de la diferencia en la misma tarjeta de crédito en la que usted efectuó el pago de la reserva.

Caballero, ¿qué me responde?

Pues que sí,  que es usted un encanto señorita. Le prometí a mi mujer y a mis hijas que si regresaba pronto a Barcelona las llevaría a ver la representación de “Els Pastorets”.

"Els Pastorets"
Una escena de «Els Pastorets»

 ¿Sabe usted?, esta obra es la escenificación de la Natividad, en versión catalana.

Señor, conozco bien “Els Pastorets”, pues  aunque por  motivos profesionales resido en Madrid, al igual que mis padres, soy catalana, y viví los primeros veinte años de mi vida entre Barcelona y  Platja d’Aro, un pequeño pueblecito de la Costa Brava.

Barcelona (avenida Mª  Cristina)
Barcelona (Plaza de España, Avenida de Mª Cristina y Fuente luminosa de Montjuic)
Platja d'Aro-Costa Brava (Girona)
Platja d’Aro-Costa Brava (Girona)

No sabe como lo envidio, caballero, . . .  pero bueno, entiendo que desea que le cambie la reserva, ¿no es así?

Así es, señorita y muchas gracias.

Tome nota por favor,  su nuevo vuelo es el IB 121 de Madrid a Barcelona, con salida a las 11 de la mañana y llegada prevista a las 11,50.

Por cierto no se entretenga demasiado, porque no le sobra mucho tiempo.

Señor Ruiz, recuerde que el número de confirmación de la reserva, que consta en su billete, ha quedado anulado. Por lo tanto, cuando llegue a la terminal nº 2,  para obtener su tarjeta de embarque, deberá facilitarle a la azafata el nuevo número. Anote, por favor: 24122014, ¿de acuerdo?

De acuerdo señorita, he tomado buena nota.

¿Alguna cosa más caballero?

No, nada más.

Pues gracias por su llamada, caballero. Le deseo un feliz vuelo de retorno a Barcelona y ¡felices fiestas!  . . .                             

¡Feliz Navidad! y de nuevo mil gracias señorita.

De pronto llaman a la puerta, ¿quién es?    

La voz de la camarera responde: Su desayuno señor.

Camarera potando el desayuno
Camarera potando el desayuno

¡Por Dios, me había olvidado del desayuno!

Gracias señorita, por favor, déjelo encima de la mesa. 

Desayuno
Desayuno

Pero como rapidez obliga, casi sin darme tiempo para desayunarme, ya me encuentro en el hall del hotel pagando la factura y rogándole al botones, mientras estrecho su mano con un billete de 10 €, que me localice un taxi para ir al aeropuerto.

Botones del hotel
Botones del hotel

Don Marcos, aquí está su taxi, ¡buen viaje y  feliz Navidad!

(12)taxi
Taxi de Madrid

¡Igualmente para todos ustedes y hasta la próxima!

Buenos días señor, me saluda el taxista ¿al aeropuerto?

Taxista
Taxista

Sí, le respondo. A la terminal 2. Mi vuelo a Barcelona sale a las 11 y tengo que estar allí cuarenta minutos antes, o sea que, usted mismo. La propina son 20 €.

No se preocupe, me responde el taxista, eso está hecho. Por 20 € de propina yo llevo, en Nochebuena a Papa Noel al aeropuerto en un cuarto de hora, y hasta Belén si hace falta. Esté tranquilo, señor.

No han pasado ni veinte minutos cuando el taxista con su chulesco gracejo madrileño me sermonea: ¿No se lo dije, Papá Noel, con perdón? Estamos en la terminal 2 y son las 10 de la mañana, ¡buen viaje a Barcelona y feliz Navidad!

Aeropuerto Adolfo Suaréz de Madrid-Barajas
Aeropuerto Adolfo Suaréz de Madrid-Barajas

Gracias amigo, yo también le deseo una feliz Navidad.

En el interior del aeropuerto un enorme abeto, adornado con lazos, guirnaldas y lucecitas de colores, me da la bienvenida. Todo el entorno respira el ambiente  de las grandes solemnidades. La gente se desplaza nerviosamente, con prisas, a lo largo y ancho de los pasillos. Los villancicos, uno tras otro, no cesan de sonar. Jóvenes ataviados con el uniforme rojo de Papá Noel hacen sonar sus campanitas y van repartiendo golosinas por todos los accesos de la terminal, ante la curiosa y atenta mirada de los más pequeños que, ilusionados, esperan su visita esta medianoche.

Árbol de Navidad
Árbol de Navidad
Interior de la terminal del aeropuerto
Interior de la terminal del aeropuerto

Mientras, suena por los altavoces  el villancico “Campana sobre campana”, uno de los más tradicionales de la Navidad. Recuerdo que, de niño, me habían explicado en la escuela que esa canción de Navidad es de origen andaluz y que es una de las universalmente más cantadas en los países de habla hispana.

http://www.pedropoveda.es/villancicos/13_Campanas_de_Belen_cancion.mp3

Busco con la mirada, en el panel de información, el  número del mostrador de facturación de mi vuelo. Ahí está . . .  vuelo IB 121 de Madrid con destino a Barcelona con salida a las 11 horas. He tenido suerte el mostrador es el 872, y está cerquita, a unos cincuenta metros de donde me encuentro.

Panel de información
Panel de información

Por fortuna no hay demasiada gente en el mostrador de facturación. Además al ser mi equipaje de mano, el tiempo todavía se abrevia más.

Es curioso lo que uno se puede llegar a  intuir e  imaginar observando a la gente en un aeropuerto: prisas, intranquilidad, nerviosismo, besos, abrazos, despedidas, pero casi siempre bajo el  denominador común de la alegría y  la nostalgia, sobre todo en estos días tan entrañables.

Se nota en los rostros la emoción de la gente, seguramente pensando que en pocas horas van a reunirse con sus seres queridos. Algunos posiblemente después de muchos años de ausencia, ya casi no reconocerán a sus familiares y, todavía menos, los lugares desde donde partieron un lejano día. Pero vale la pena esperar a que cada año se produzca en estas fechas el milagro de la Navidad.

Mostrador
Mostrador de facturación

Extasiado en mis  pensamientos voy avanzando en la cola hasta que una voz femenina, procedente del mostrador de facturación, en tono muy amable me pregunta: ¿Me permite su billete, por favor?

Azafata del mostrador de facturación
Azafata del mostrador de facturación

Aquí lo tiene. Por cierto, señorita, la reserva para este vuelo procede de otro que cambié telefónicamente esta mañana.

 De acuerdo, señor ¿me puede proporcionar el nuevo número de reserva que le facilitaron?

 Por supuesto, aquí lo tiene, el número es el  24122014.

Un segundito que lo compruebo . . . Efectivamente señor, fila 12 salida de emergencia, asiento 2B de pasillo.

Por cierto señor, ¿se ha fijado usted en su número de reserva? . . . 24122014, (24 de diciembre de 2014)  coincide con el día de hoy, Nochebuena.

Pues la verdad es que no había reparado en ello.

Caballero ¿no será usted Papá Noel camuflado?, ¿dónde ha dejado el trineo?

Trineo de Papá Noel
Trineo de Papá Noel

Pues mire usted, como no cabe por la cinta de equipajes  he tenido que embarcarlo en la bodega como mercancía.

Con una alegre sonrisa la azafata interrumpe la conversación.

Caballero, aquí tiene su tarjeta de embarque. La salida de su vuelo IB 121 con destino Barcelona se efectuará  por la puerta de embarque número 26 a las 10,40.

¡Buen viaje y feliz Navidad señor . . .  Papá Noel!

Gracias señorita, ¡feliz Navidad!

Me dirijo hacia la puerta de embarque 26, pensando que he tenido mucha suerte. La importante operación realizada ayer para la empresa que presido y el haber podido cambiar mi billete de regreso a Barcelona, que me permitirá asistir, esta tarde con mis tres  mujeres a la representación de “Els pastorets”.

Recuerdo  la alegría de mi esposa, cuando, en la noche de ayer, la telefoneé para comunicarle la buena noticia. Creo conocer bien a Aurora y sé lo contenta y orgullosa que se siente cuando las cosas me van bien.

Sentado en la sala de espera de la puerta de embarque se me ocurre que podría llamar a mi empresa para comunicarles la buena noticia y decirles que pasaré un momento por mi despacho,  para dejar la documentación y felicitarles la Navidad.

Sala de espera
Sala de espera

Marco, en mi teléfono móvil, el número directo de mi secretaria, Carolina. Entre tanto, llegan a la puerta 26 dos azafatas, supuestamente las encargadas del control y recogida de las tarjetas de embarque de los pasajeros del vuelo IB121 con destino Barcelona.

Azafatas  de la  puerta dembarque
Azafatas de la puerta de embarque 

En ese instante, de forma casi automática y  como suele ocurrir siempre, la gran mayoría de las personas que, al igual que yo, se hallan sentadas esperando el anuncio de la salida del vuelo, se levantan raudas  para formar una larga fila.

Formando cola para el embarque
Formando cola para el embarque

A pesar de la gran cantidad de viajes que he efectuado en mi vida, hay algo que me cuesta entender. Si las tarjetas de embarque indican el número de asiento reservado a cada uno de los pasajeros ¿de qué sirve formar, previamente al anuncio del vuelo, esas largas colas?, ¡es como si tuvieran miedo de perder su asiento!

Mi reflexión es interrumpida por Carolina, respondiendo a mi llamada.

¡Dígame, don Marcos! ¿cómo ha ido todo por la capital del reino?

Inmejorable. Todo perfecto hemos firmado la documentación en un ambiente de total entendimiento y cordialidad,  ¿qué tal todo por ahí?

Sin novedad, don Marcos, nada que no pueda esperar hasta después de las fiestas. Estamos ansiosos por descansar estos días y celebrar Nochebuena y Navidad.

Estupendo, Carolina. Convoque a todo el personal a las cuatro de la tarde en la sala de reuniones y encargue unas botellas de cava para brindar por el éxito de la operación y por las fiestas navideñas.

Por cierto, Carolina ¿está por ahí el  director de Recursos humanos?

Un segundito, don Marcos, . . . Pues sí, está en su despacho, le comunico con él . . .  ¡Ah, y feliz viaje de regreso!

Gracias. Carolina, nos veremos si Dios quiere sobre las cuatro de la tarde.

La potente voz de Joan Puig resuena al otro lado del teléfono.

Don Marcos, qué tal ¿cómo han ido sus negociaciones por “la capital”?

Hola, Joan, todo perfecto. Como estaba previsto, hemos llegado a un total acuerdo.

¡Qué gran noticia, don Marcos, no sabe usted como lo celebro!

Por cierto, Joan ¿cómo anda la contratación del ejecutivo que ha de auxiliarme en esta labor que supone viajar, conocimiento de leyes, hábil negociador, en definitiva, un letrado con don de gentes, vocación comercial y ejecutiva, lo que siempre hemos hablado?

No va a ser tarea fácil, don Marcos, dar con la persona que reúna el perfil que pretendemos y  que pueda suplirle a usted en algunas de sus gestiones. Lo hemos analizado en el gabinete y nos inclinamos más por una mujer de agradable presencia, con dotes innatas de persuasión y que, además de sus valores profesionales y humanos, pueda aportar don de gentes, fina agresividad y un gran plus de sensibilidad negociadora.

Joan ¿para cuándo está prevista la preselección de la primera terna de candidatos?

Pues, si usted no opina lo contrario, será para después de las fiestas, es decir, entre el diez y el quince de enero. 

La voz de una azafata, a través del megáfono, interrumpe nuestra conversación: “Atención, la compañía Iberia anuncia la salida  de su vuelo 121 con destino Barcelona. Por favor, señores pasajeros, diríjanse a la puerta 26 para embarcar”

Azafata anunciando la salida del vuelo
Azafata anunciando la salida del vuelo

Joan, están anunciando la salida de mi vuelo. Le recomiendo prioridad en este tema. Pasaré por ahí, si Dios quiere, sobre las cuatro de la tarde. Hasta luego, Joan.

Pierda cuidado, don Marcos, lo tengo en cuenta, feliz vuelo de regreso y hasta esta tarde.

Continúo sentado en la sala de embarque, hasta que prácticamente no queda gente en  la cola.

En el momento de presentar mi tarjeta de embarque y mi documento de identidad, una de las azafatas le dice a su compañera: Pasaje completo, a falta tan sólo de una pasajera. Por favor, Marta, anúnciala por el megáfono. Tenga, señor, aquí tiene su documentación, que tenga usted un buen viaje y ¡feliz Navidad!

Gracias, señorita, ¡feliz Navidad!

De repente, la música del popular villancico “Blanca Navidad”, que ahora ambienta el recinto de la terminal, enmudece para dar  entrada a la megafonía: “Atención, se ruega a doña Elena Prats, pasajera del vuelo 121 con destino a Barcelona, se dirija urgentemente a la puerta 26 para embarcar”

http://concatedralalicante.com/wp-content/uploads/2011/12/09-BLANCA-NAVIDAD.mp3

Tranquilamente  me dirijo hacia el pasillo, que va desde la sala de embarque hasta la puerta del avión, cuando, de nuevo, la megafonía detiene la alegre musiquilla de un villancico: “Atención, por favor, último aviso para doña Elena Prats, pasajera del vuelo Iberia 121 con destino Barcelona, diríjase urgentemente a la puerta 26 para embarcar”

Azafata en la puerta del avión
Azafata anunciando el último aviso para embarcar

Al cruzar la puerta de entrada del avión, una azafata me saluda, con una amplia sonrisa: Buenos días, ¿me permite su tarjeta de embarque? 

Aquí está señorita creo que es la fila 12 de emergencia, asiento 2B pasillo.

Correcto señor, es aquella fila con los dos asientos libres. Me permito recordarle que no puede dejar objetos debajo del asiento por tratarse de una fila junto a una puerta de emergencia. Le sugiero que trate de colocar su maletín en algún compartimento libre de la parte  superior.

Azafata de control de entrada al avión
Azafata de control de entrada al avión

De acuerdo señorita, muchas gracias.

El compartimento superior de mi fila 12 está totalmente libre y allí ubico mi maletín. Me acomodo en mi asiento y me coloco el cinturón de seguridad.

El asiento 1A de ventanilla, contiguo al mío, se halla vacío. Se me ocurre que cuando despegue el avión, si no lo ha ocupado nadie, posiblemente me cambie de lugar.

Pero ¿ese asiento libre?, ¡claro! . . .  Sin duda, debe corresponder a doña Elena, la pasajera que han estado anunciando por megafonía varias veces para que acuda urgentemente a la puerta de embarque.

Sin apenas tiempo para finalizar mi teoría, observo como la elegante y atractiva silueta de una mujer, de unos treinta y pocos años, cuya apariencia,  a primera vista, se me antoja muy interesante, penetra por la puerta del avión, cruzando el pasillo, con paso firme y decidido para detenerse frente a mí: Disculpe señor mi asiento es el 1A, ¿me permite ?

Encantado, le respondo. Me levanto del asiento y, al pasar junto a mí, observo su bello rostro medio oculto por unas grandes gafas oscuras.

La pasajera Elena Prats
La pasajera Elena Prats

Antes de que ocupe su asiento, le tomo su maletín de mano y lo coloco, junto al mío, en el compartimento superior, cosa que me agradece: Muchas gracias, señor, muy amable, al tiempo que me dedica una agradable sonrisa que presiento encubre una sombra de tristeza

Desde la megafonía, de la cabina del avión, una voz masculina ordena: “Tripulación, cierren puertas y rampas”

Y apenas transcurrido un minuto, una voz femenina nos informa:

“Buenos días, señores pasajeros, el comandante Escorza y todos nosotros les damos la bienvenida a bordo del Boeing 552 con destino a Barcelona. La duración estimada del vuelo será de cincuenta minutos.  Por motivos de seguridad y para evitar interferencias con los instrumentos de vuelo les recordamos que los teléfonos móviles y los dispositivos electrónicos portátiles podrán utilizarse cuando se apague la señal luminosa, pero nunca durante el despegue y aterrizaje del avión. Les rogamos guarden todo su equipaje de mano en los compartimentos superiores o debajo del asiento delantero, dejando despejados el pasillo y las salidas de emergencia. Por favor comprueben que llevan abrochado el cinturón de seguridad, que el respaldo de su asiento está en posición vertical y su mesita plegada. Como medida suplementaria les aconsejamos que continúen con el cinturón de seguridad abrochado durante todo el viaje. Les recordamos que no está permitido fumar en el avión. Gracias por su atención y feliz vuelo”

Una azafata nos saluda en nombre de la tripulación
Una azafata nos saluda en nombre de la tripulación

Con mi curiosidad, a flor de piel, le pregunto a mi compañera de viaje: Perdone mi indiscreción, pero usted seguramente debe ser Elena Prats, la pasajera que desde la megafonía del aeropuerto han reclamado varias veces.

Al no responder, inclino mi cabeza hacia la derecha y observo como una lágrima se desliza por debajo de sus grandes gafas oscuras.

Efectivamente, soy Elena Prats.

¿Le ocurre algo, se siente mal?, la inquiero . . .

No, muchas gracias, lo que sucede es que . . .

De nuevo la voz de la azafata irrumpe en el megáfono:

“Señores pasajeros, siguiendo normas internacionales de aviación civil, a continuación, vamos a  efectuar una demostración sobre el uso del cinturón de seguridad, chaleco salvavidas, máscaras de oxígeno y localización de las salidas de emergencia. Es muy importante que presten atención . . .

Muchas gracias por su atención y feliz vuelo”

Mientras una azafata comenta las instrucciones a seguir en cada caso, su compañera va mostrando los instrumentos y la forma de utilizarlos detalladamente.

Una azafata nos hace una demostración del uso de los instrumentos para casos de emergencia
Una azafata efectúa una demostración sobre el uso de los instrumentos  de emergencia

Terminada la demostración y tras una pequeña pausa prosigue mi compañera de viaje: Verá, es algo muy personal y difícil de asimilar… es como si en estas fiestas entrañables Papá Noel me hubiera dado la espalda.

Intrigado, insisto, ¿la puedo ayudar?…

Muchas gracias,  no creo que nadie me pueda ayudar pero, sinceramente, necesito desahogarme y si mis conocimientos de psicología no me fallan intuyo que usted es una buena persona. Por cierto disculpe, señor, su nombre es…

Marcos, me llamo Marcos Ruíz, y, sinceramente,  le agradezco su generosa intuición.

El Boeing 552, en el que viajamos, avanza por la pista de rodadura esperando a  que la torre de control le autorice  para entrar en la pista de despegue.

Torre de control
Torre de control

 Situado, ya, en la cabecera de la pista, una orden surge desde la cabina: “Atención, tripulación, listos para el despegue”. Es la voz del comandante.

El comandante Escorza
El comandante Escorza

Al instante, azafatas y sobrecargos  ocupan sus asientos.

A los pocos segundos de frenético recorrido por la pista, “motor y al aire”. El avión inicia su ascensión, al tiempo que recoge su tren de aterrizaje.

El Boeing 552 iniciando el despegue
El Boeing 552 iniciando el despegue

Poco después se apaga la señal luminosa, lo cual indica que hemos alcanzado la velocidad de crucero y  que ya podemos levantarnos de nuestros asientos para acudir a los servicios, usar aparatos electrónicos portátiles . . .

Señorita Elena, hoy es Nochebuena . . . y Papá Noel no quiere verla triste. Si como decía, en su canción, nuestro gran Joan Manel Serrat, hoy puede ser un gran día . . .  ¿por qué no puede serlo también para usted?

No sabe usted como celebraría que hoy pudiera ser un gran día, y festejarlo con una magnífica Nochebuena, señor. . . ¿Ruiz, verdad?

En efecto Ruiz, Marcos Ruíz.

Persisto en mi curiosidad, ¿querrá usted contarme qué es lo que la agobia?

La verdad es que no sé por qué debo hablarle de mi problema, pero ¡ya que insiste!

Verá, yo, Elena Prats, he sido hasta hoy, ejecutiva de una firma internacional.  Mi función era viajar, asistir a reuniones  y resolver, a menudo, compromisos de temas económicos, comerciales y jurídicos, entre otros cometidos.

Perdón señorita Elena, ¿por qué al hablar de su profesión lo hace en tiempo pasado?

Sencillamente porque, éste, es el último viaje profesional que he efectuado para mi empresa.

Desde hace diez años he trabajado siempre para la misma empresa, Bijoux Eugénie.  Se trata de una firma internacional, especializada en bisutería de alta gama, con sede central en París y sucursales en toda Europa. Mi trabajo ha consistido en auxiliar, a nivel ejecutivo, al director general de la sucursal de Barcelona en las funciones propias de su cargo, por ejemplo, negociaciones al más alto nivel, cierre de operaciones con los clientes de primera línea, acuerdos con los medios publicitarios, viajes a ministerios, asistencia a reuniones en las sucursales de París, Londres, Ámsterdam, Roma, Berlín y en muchas ocasiones hacer de intérprete para mi director en algunos de los citados países.

Debido a una restructuración del grupo los miembros de la casa central, reunidos en junta general,  han acordado cerrar algunas sucursales y reducir personal. En mi caso, después de examinar mi currículum y mi trayectoria profesional en Barcelona, me han  ofrecido la posibilidad de trasladarme a París para ocupar el cargo de directora general de una nueva sucursal que en breve se inaugurará en la Avenue des Champs Elysées.

La señal luminosa y el timbre de la cabina, interrumpen a Elena “Atención, señores pasajeros, estamos atravesando un espacio de perturbaciones, por favor, les rogamos hagan uso de sus cinturones de seguridad. Muchas gracias”

La señal luminosa nos recuerda que debemos hacer uso de los cinturones de seguridad
La señal luminosa nos recuerda que debemos hacer uso de los cinturones de seguridad

Pendiente de las indicaciones de la azafata, no he advertido  que Elena se ha desposeído de sus amplias gafas oscuras dejando al descubierto unos grandes ojos verdes que adornan y otorgan una gran personalidad a su bello rostro. Su largo cabello azabache le llega hasta los hombros. En cuanto a su elegante y esbelta figura, desde que la observé, cruzando el pasillo del avión, nada que objetar.

Tienen la intención de lanzar al mercado, prosigue Elena, una nueva línea de bisutería, Ma cherie Eugénie,  que pretenden convertir en una marca de referencia para gente joven, de alto  poder adquisitivo. Me han ofrecido una remuneración  que casi dobla la que percibo aquí y además están dispuestos a facilitarme un apartamento hasta mi ubicación definitiva. Mi trabajo consistiría en seleccionar y contratar el personal de la nueva sede de París y dirigirla con total autonomía. Una oferta muy tentadora, imposible de rechazar, que me honra y  enorgullece, pero que no puedo aceptar.

Entonces, ¿cuál es la razón?,  ¿quizás el idioma?

No, en absoluto. Afortunadamente, además del catalán por ser mi lengua materna, también  domino a la perfección los idiomas francés, inglés, alemán e italiano. Del idioma alemán poseo amplias nociones.

El motivo principal es mi familia a la cual jamás abandonaría: mi marido Carles, mi hijita Susana y  sobre todo a una pareja de ancianos, Josep y María, que cuidaron de mí desde que yo era un bebé.

Disculpe mi ingenuidad, Elena, pero entiendo que al mencionar a Josep y María se  está usted refiriendo a sus padres.

Pues no. Mis padres se llamaban Jordi y Montserrat, pero desgraciadamente, no recuerdo nada de ellos.

Cuando yo tenía 10 meses tuvieron que viajar por unas horas a Sabadell para asistir al entierro de mí tío Ricard, hermano de mi madre Montserrat.

Me dejaron al cuidado de Josep y María, un matrimonio sin hijos, vecinos y amigos de mis padres, los cuales, desde el día que nací, demostraron siempre un gran cariño hacia mí.

El desplazamiento a Sabadell lo hicieron en un automóvil Seat 600, de la época,  propiedad de mi padre Jordi. Ese mismo día por la tarde, al regreso del entierro, el infortunio se cebó con ellos en forma de accidente mortal.

Automóvil  Seat 600
Automóvil Seat 600

A causa de la fuerte lluvia, un camión que se dirigía en dirección contraria perdió el control y se precipitó contra el coche de mis padres, que perdieron la vida en el acto.

Josep y María se hicieron cargo de mí. Me acogieron en su casa ofreciéndome el mismo amor que le hubieran dado al hijo que Dios no les concedió. Jamás me faltó de nada en su casa. Costearon mis estudios universitarios y creo que no les defraudé.

Josep y María, padres adoptivos de Elena Prats
Josep y María, padres adoptivos de Elena Prats

Estuve becada durante un año y medio en la universidad de la Sorbona de Paris donde terminé mis estudios superiores y posteriormente, también en calidad de becada, me trasladé  por dos años a Estados Unidos  donde en la universidad de Oakland City obtuve un master en Ciencias Económicas y Administración.

Universidad de la Sorbona en Paris
Universidad de la Sorbona en Paris
Universidad de Oakland City de EE. UU.
Universidad de Oakland City de EE. UU.

Posteriormente regresé, definitivamente, a casa de mis padres Josep y María. Continué estudiando y obtuve el doctorado en Derecho Internacional por la universidad de Barcelona con la calificación de sobresaliente Cum laude.

Universidad de Barcelona
Universidad de Barcelona

Una vez incorporada al mundo del trabajo, pude combinar mi tiempo libre con cursos nocturnos intensivos de Psicología, Marketing y Dirección Comercial de los cuales poseo titulación.

Las cosas me fueron cada vez mejor, a nivel profesional. Fui escalando puestos de responsabilidad hasta llegar al que hoy ocupo. Perdón, quise decir al que hasta ayer ocupé.

Durante ese tiempo, en una reunión de amigos conocí a Carles, el hombre que hoy es mi marido. Un ser encantador, cariñoso y muy responsable. No sabría si es mejor esposo que padre, ó al revés.

Carles, esposo de Elena Prats
Carles, esposo de Elena Prats

Poco antes de nacer Susana, hace cuatro años aproximadamente, compramos un piso firmando una hipoteca a 20 años. Tanto mi esposo como yo hemos tenido, hasta hoy, unos ingresos mensuales que nos han permitido llevar adelante nuestros proyectos ¿pero qué va a suceder a partir de ahora con una sola entrada mensual?

Susana, hija de Carles y Elena Prats
Susana, hija de Carles y Elena Prats

La generosa proposición que me ofrece Bijoux Eugénie, a la que le debo todo a nivel profesional, es muy atrayente, pero, considero que, y en ello también está de acuerdo Carles, no puedo abandonar mi ciudad, mi marido,  mi hijita y mis ancianos padres José y María.

Perdone que la interrumpa, Elena ¿a qué de dedica su esposo?

Sin tiempo a que mi compañera de viaje responda, un presentimiento acude a mi mente ¡esta mujer encaja perfectamente en el perfil del ejecutivo que necesita mi empresa! Es agradable, inteligente y posee unos importantes valores humanos. Justo lo que estamos buscando. Es como si Papá Noel me hubiera anticipado su regalo de Nochebuena, envuelto en papel de celofán con un hermoso lazo!…

Carles es responsable del control de calidad de una importante empresa de accesorios para el automóvil, me responde Elena.

Señorita Elena, ¿conoce ó ha oído hablar alguna vez  de Cats & Dogs Company?

Naturalmente, señor Marcos, es la marca de alimentos con que alimento a nuestro gatito Leo y le puedo asegurar que no la cambiaría por ninguna otra. Me merece toda la confianza, ¿por qué me hace esa  pregunta?

El gatito Leo
La mascota de la familia, el gatito Leo

Verá, señorita Elena, he estado escuchando muy atentamente su narración y puedo asegurarle que  jamás había oído un historial personal y profesional mejor elaborado en tan poco espacio de tiempo. Le ruego preste mucha atención a lo que voy a proponerle y le advierto, de antemano, que no voy a aceptar un no por respuesta.

El  rostro de Elena denota una expresión de extrañeza y curiosidad al  mismo tiempo. 

Me tiene usted perpleja, señor Marcos ¿de qué se trata?

Voy a demostrarle que hoy puede ser un gran día para usted y que puede seguir confiando en Papá Noel, sobre todo en una fecha como la de hoy, Nochebuena. Saco de mi billetera una tarjeta de mi empresa y se la entrego.

¿Usted es el presidente de Cats & Dogs Company?, ¡no puedo creerlo, una persona tan importante y a la vez tan humana y asequible! Es para mí un verdadero placer. Cuando se lo cuente a mi gatito no va a creérselo. Disculpe el chiste fácil, don Marcos.

Por favor, señorita Elena, ahórrese los cumplidos. Le ruego que me escuche atentamente.

Elena, don Marcos, llámeme Elena.

Hace aproximadamente una hora y media, he estado hablando con Joan Puig el responsable de Recursos humanos de mi empresa, al cual he recomendado con la máxima urgencia la selección de la persona que ha de auxiliarme en la responsabilidad del inminente lanzamiento y  seguimiento de Animal’s, la nueva marca de alimentación para mascotas de compañía, que en breve presentaremos en el mercado europeo y en la que hemos depositado una gran confianza.

Se trata de una elección muy delicada, pues la persona que deberá colaborar estrechamente con el Consejo de Dirección que yo presido, deberá poseer, entre otras cosas, agradable presencia, don de gentes, titulaciones y experiencia demostrada en el mercado comercial de alto nivel, excelentes dotes de negociación, facilidad de  contacto con los medios publicitarios, gran capacidad de análisis, conocimientos jurídicos y dominar con fluidez los idiomas inglés, francés e Italiano. Obviamente, llegado el caso, disponibilidad para efectuar viajes de uno ó dos días, un par de veces al mes, para asistir a ferias y congresos y  estrechar contactos entre clientes y colaboradores de nuestra firma.

Elena, he escuchado con mucha atención su discurso.  Su, llamémosle, exempresa, y corríjame si me equivoco, le ofreció la posibilidad de abandonar su pasado y su presente para, trasladarse  a Paris y hacerse cargo de la marca Ma cherie Eugénie, sin duda una oferta muy interesante en la que además de adquirir una categoría profesional envidiable le duplicaban prácticamente sus ingresos. Oferta que usted rechazó.

Así es, don Marcos.

Pues bien, mi sexto sentido jamás me falló y, como creo que usted es la persona idónea para cubrir ese puesto de responsabilidad, como presidente de Cats & Dogs Company,  a partir del día uno de enero del próximo 2015, le confirmo que usted, Elena, pasará a formar parte del personal de nuestra empresa.

Joan Puig, director de Recursos humanos de nuestra Compañía, es un gran tipo y un excelente profesional. Cuando  llegue a Barcelona le ruego se ponga en contacto con él, y acuerden una entrevista para zanjar los flecos y pormenores de su contrato. Muéstrele mi tarjeta, a la que voy a anotarle en el dorso mi número de teléfono móvil, por si tuviera usted que contactar conmigo por cualquier eventualidad.

Siempre he tenido a gala presumir que el éxito  de Cats & Dogs Company se debe  a la calidad de su producto, pero también en gran parte a la profesionalidad de un grupo humano, del que, como presidente, me siento muy orgulloso.

Por cierto, no le he hablado de sus condiciones económicas, pero este asunto no debe preocuparla pues, sin duda, superaremos con creces las que le ofrecía su exempresa.

Sinceramente, creo que todo el personal que forma parte de Cats & Dogs Company se sienten muy satisfechos con la retribución que perciben, ¿y sabe usted por qué?, pues sencillamente porque nuestra organización cuenta con los mejores profesionales del mercado para cada puesto. 

Si la azafata me lo permite voy a llamar por el móvil a Joan Puig para ponerle al corriente de todo.

Mientras trato de localizar a la azafata, observo como del rostro de Elena emanan dos grandes lágrimas.

Elena ¿qué la sucede, se va a pasar usted el viaje llorando?

No, don Marcos, estas son lágrimas de alegría y  satisfacción. Las de antes eran de tristeza y pena. Sin apenas conocerme, usted acaba de depositar su confianza en mí.

Elena, tengo la plena seguridad que usted no me defraudará. Sin saber quién era yo, usted me ha  confesado intimidades que Papá Noel y yo hemos valorado de manera muy positiva.

Pero a todo esto, todavía no me ha dicho usted si acepta mi oferta de trabajo.

¿Cómo podría rechazarla, don Marcos?, le doy las gracias en mi nombre y en el de toda mi familia. ¡Qué gran noticia para Carles!, ayer le notifiqué una muy mala . . .  Pobre, seguro que no ha podido dormir esta noche.  A mis padres Josep y María no quise contarles nada para no angustiarles . . .

No me agradezca nada. En todo caso, esta medianoche, junto a su familia, brinde por ese Papá Noel del que usted dudó.

Una azafata pasa por delante de mi asiento y aprovecho para preguntarle: señorita, por favor, ¿puedo hacer una rápida llamada telefónica desde mi teléfono móvil?

Por supuesto, caballero, pero apresúrese porque estamos a punto de tomar tierra.

Gracias, señorita, será sólo un minuto.

La amable azafata que me permitió telefonear
La amable azafata que me permitió telefonear

Carolina, por favor, páseme con Joan Puig, es urgente.

¿Algún problema, don Marcos?

No, al contrario, ya les explicaré. Pero, por favor, dese prisa.

Dígame, don Marcos…

Hola, Joan, voy a ser muy breve porque le hablo desde el avión y estamos a punto de aterrizar, ¿se acuerda usted del asunto que hemos tratado hace un rato, en relación a la  urgente preselección de un ejecutivo para después de las fiestas navideñas?

Lo recuerdo perfectamente, don Marcos, ¿alguna objeción?

Pues sí, Joan, sé que le sonará extraño pero, ¡anúlelo!

¿Cómo?  ¡Pero, don Marcos, si  me encomendó usted prioridad absoluta en el tema!

Lo sé, Joan, pero por fortuna, creo que he encontrado a la persona que estábamos buscando. En estos momentos está viajando conmigo en el avión de regreso a Barcelona.

Por cierto, se trata de la señorita Elena Prats, quien contactará en breve con usted para visitar la sede y ultimar todos los detalles de su contratación.

Joan, tal como le dije antes, sobre las cuatro de esta tarde trataré de  pasar por ahí y de paso le terminaré de comentar los pormenores.

Ahora debo dejarle.

Hasta luego, don Marcos y ¡enhorabuena!, estoy seguro que ha elegido usted a la persona idónea.

A los pocos segundos, desde el altavoz, la voz de una azafata nos informa:

“Atención, señores pasajeros, en breves instantes tomaremos tierra en el aeropuerto de Barcelona. Les rogamos hagan uso de sus cinturones de seguridad, comprueben que el respaldo su asiento esté en posición vertical y su mesita plegada. Así mismo les rogamos desconecten todos sus aparatos electrónicos y teléfonos móviles hasta que el avión haya tomado tierra. Muchas gracias”

Una azafata nos comunica que estamos a punto de aterrizar
Una azafata nos comunica que estamos a punto de aterrizar en el aeropuerto de Barcelona

Observo como Elena esconde parte de su bello rostro detrás de sus amplias gafas de sol. Es como si quisiera de nuevo ocultar una emoción que la delata.

Me regala una seductora sonrisa, al tiempo que me pregunta: don Marcos, usted es un hombre casado y con hijos ¿no es cierto?

Efectivamente, ¿cómo lo ha deducido?

De algo me tendrían que servir mis estudios de psicología ¿no cree?

Efectivamente, mi esposa se llama Aurora, le respondo, y tenemos  dos hijas, Montse de once años  y Maite de ocho, que son mi adoración.

Mi esposa Aurora, con mis hijas Montse y Maite
Mi esposa Aurora, con mis hijas Montse y Maite

¡Qué orgullosas deben sentirse de usted, don Marcos!

Y yo de ellas, Elena.

Sabe usted, don Marcos, estoy deseosa por bajar del avión para llamar a Carles y comunicarle esta gran noticia. Un regalo navideño que jamás hubiera podido imaginar. ¡No sabe usted lo feliz que me siento!

Pocos segundos después de que el tren de aterrizaje se deslice  por debajo del avión, el Boeing 552 toma tierra.

El aeropuerto de Barcelona, a vista de pájaro
El aeropuerto de Barcelona, a vista de pájaro
Aterrizaje del Boeing 552
Aterrizaje del Boeing 552

Mientras se dirige a la pista de rodadura una nadala, “El 25 de desembre”, pone su alegre nota sentimental en el interior del avión. 

http://www.edu365.cat/nadales/mp3/03_el25_v.mp3

Casi al mismo tiempo, por el altavoz, suena una voz masculina:

“Señores pasajeros, les habla el sobrecargo: bienvenidos a Barcelona, donde la temperatura exterior es de ocho grados. Por favor, permanezcan sentados y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores y la señal luminosa se apague. Comprueben que llevan consigo todo su equipaje de mano y objetos personales. El comandante Escorza y toda la tripulación, les damos las gracias por haber elegido esta Compañía. Confiamos que hayan tenido un vuelo agradable y esperamos verles nuevamente a bordo.”

Un autobús-jardinera nos espera delante de la escalerilla del avión para trasladarnos hasta la terminal del aeropuerto.

Autobús-jardinera
Autobús-jardinera

Antes, una azafata, situada en la puerta de la escalerilla, va saludando, uno por uno, a todos los pasajeros, a medida que éstos van abandonando el avión: ¡Buenas tardes y feliz Navidad!

Al pasar, por delante de ella, Elena le dice: Gracias, señorita, le puedo asegurar que ésta va a ser, sin duda, la mejor Nochebuena de mi vida. La azafata dibujando una agradable sonrisa en su rostro, le responde: Esta noche, cuando la visite Papa Noel, salúdelo de mi parte.

(47)azafata
Una azafata nos despide en la puerta del avión

Elena con un pie en la escalerilla, vuelve hacia atrás la cabeza, diciéndole a la azafata: Papá Noel me ha visitado esta mañana y  ha estado sentado conmigo durante todo el vuelo. En este momento lo tiene delante de usted.

Los ojos de la azafata se clavan en mi rostro al tiempo que me dice, entre incrédula y asombrada: Buenas tardes y feliz Navidad, ¿señor? . . . Sí, Papá Noel, le respondo, con una sonrisa.   

Debo confesar que en ese momento sentí que un gran calor inundaba mi rostro. Fue como un flash que, por unos segundos, me trasladó a mi etapa adolescente. Recuerdo que ante situaciones embarazosas, la eritrofobia se apoderaba de mi cara delatando mi timidez.

Elena marca un número en su teléfono móvil, y con evidentes signos de alegría en su rostro me dice: Con su permiso, don Marcos, deseo comunicarle esta gran noticia a Carles, ¿le importa?

En absoluto, Elena, al contrario, yo en su lugar haría lo mismo. 

¿Carles?, hola, cariño. Estoy en Barcelona, viajando en el autobús-jardinera que me traslada a la terminal del aeropuerto. Todo ha ido muy bien, pero además tengo grandes noticias. Me ha sucedido algo increíble. En el avión he tenido como compañero de viaje a Papá Noel. Sí, mi amor, tal como lo oyes. Un Papá Noel de carne y hueso, bueno en realidad se trata de don Marcos Ruiz, presidente de la firma Cats & Dog, Company. Exacto, cariño, la marca internacional de alimentos que consume nuestro pequeño Leo. Bueno, cariñito, pues, a partir de hoy, nuestro pequeño Leo se sentirá orgulloso de que su mamá ocupe un relevante cargo en la empresa de los alimentos que él consume. Carles, me lo imaginaba, te has quedado sin habla. Es una historia muy larga de explicar. Ahora, mi amor, debo dejarte, te lo explicaré todo en cuanto llegue a casa. Carles, hoy tenemos que celebrar una gran Nochebuena, porque la ocasión se lo merece. Sí, mi amor, yo también te quiero, ¡hasta luego! 

Mientras oigo hablar a Elena con su marido, mi sexto sentido, como de costumbre, me confirma que no me he equivocado. Ésta es la ejecutiva que necesita mi empresa ¿tendré, también yo, que empezar a creer en Papá Noel?

La popular nadala “Santa Nit” nos da la bienvenida en la terminal del aeropuerto de Barcelona.

http://www.edu365.cat/nadales/mp3/13_santanit_v.mp3

Al igual que sucediera en Madrid el escenario no se me antoja distinto: un gran árbol, delicadamente engalanado con motivos navideños, tiendas con decoraciones alusivas a estas fiestas, gente nerviosa corriendo de un lado para el otro, jóvenes ataviados de Papá Noel, haciendo sonar sus campanas y repartiendo golosinas  a doquier. Todo nos recuerda la inminente llegada de la Navidad.

Árbol de Navidad en la terminal del aeropuerto de Barcelona
Árbol de Navidad en la terminal del aeropuerto de Barcelona

Mientras nos dirigimos hasta la recogida de equipajes y salida, le pregunto a Elena: ¿ha embarcado  usted algún equipaje?

Sí, me responde. He facturado una maleta que tengo que recoger en la cinta, ¿por qué me lo pregunta, don Marcos?

No, simplemente porque yo los viajes cortos los efectúo siempre con este maletín de mano. Tengo mi coche en el aparcamiento y si lo desea puedo acercarla hasta su domicilio.

Se lo agradezco, don Marcos, pero yo también tengo el coche en el aparcamiento.

De acuerdo, Elena, entonces si me lo permite me despido, porque todavía me quedan cosas por hacer esta tarde. Recuerde llamar a Joan Puig en cuanto le sea posible para acordar su visita.

¿Cómo lo iba a olvidar, don Marcos? De nuevo, muchísimas gracias por la confianza que me ha otorgado. Es algo que nunca olvidaré. Esté seguro que, Elena Prats, no le defraudará.

Bueno, bueno, no me dé a mí las gracias. En todo caso agradézcaselo, esta Nochebuena, a Papá Noel.  ¡Feliz Navidad!

Igualmente, don Marcos, ¡feliz Navidad!

Aparcamiento del aeropuerto de Barcelona
Aparcamiento del aeropuerto de Barcelona

Mientras me dirijo a Barcelona, al volante de mi coche, voy recordando todo lo sucedido esta mañana, desde que abandoné la habitación 928 del hotel Cristina de Madrid. Como le dije a Elena, evocando la letra de una canción de Serrat, hoy puede ser un gran día y, hasta ahora, así está sucediendo.

He tenido la suerte de poder adelantar mi vuelo en un día tan complicado como el de hoy, Nochebuena. Asimismo, de no haber viajado en ese avión no hubiera conocido a Elena. ¡Menudo trabajo le he ahorrado al bueno de Joan Puig!

Por cierto, son sólo las doce y cuarto de la mañana y en la empresa cierran a las dos de la tarde. Podría aprovechar este tiempo para pasar por mi despacho, dejar toda la documentación y almorzar con Joan Puig, si no tiene compromiso. Y ,de paso, ponerle al corriente de todos los asuntos.

Dicho y hecho. Marco en el móvil, manos libres, de mi coche el número directo de Carolina.

A los pocos segundos me saluda  su inconfundible voz:  ¿qué tal, don Marcos, se encuentra ya en Barcelona?  Sí, Carolina, y voy camino del despacho. Póngame en comunicación con Joan Puig, por favor.

Enseguida, don Marcos . . .

La voz de Joan Puig resuena al otro lado del teléfono: Dígame, don Marcos . . .

Hola, Joan, dentro de unos veinte minutos aproximadamente, espero estar en las oficinas. He pensado que, si usted no tiene ningún inconveniente, podríamos almorzar juntos en “Los Inmortales” y así, de paso, tratar de forma tranquila el asunto de la incorporación de la señora Elena Prats.

Por Dios, don Marcos, encantado, además me parece una excelente idea. Ahora mismo llamo a mi mujer y se lo comunico.

Estupendo, Joan, excúseme ante su esposa y envíele un saludo muy cordial de mi parte. ¡Ah, por cierto!,   dígale a Carolina que reserve una mesa en “Los Inmortales”. Nos vemos en un momento.

Sin perder un instante, llamo a mi mujer: Aurora, cariño, ya estoy en Barcelona y voy camino del despacho para dejar todos los documentos del contrato. De paso, si no te importa, aprovecharé para almorzar con Joan Puig, al que tengo que poner en antecedentes de algunas novedades, ¿te causo algún trastorno?

Hola Marcos, cariño, bienvenido. ¡En absoluto, no me causas ninguna alteración! Al contrario, lo más importante es que dejes resueltos tus asuntos, cuanto antes, para poder disfrutar juntos, con las niñas, estas fiestas tan familiares. Tanto Montse como Maite no dejan de hablar de papá y te están esperando con mucha ilusión, al  igual que yo, amor mío.

Aurora, cariño, no sabes la tranquilidad que me da escuchar tus palabras. Cuando termine de almorzar con Joan, acudiré a las cuatro de la tarde a las oficinas, porque, como cada Nochebuena, prometí al personal de la empresa brindar con una copa de cava y desearles unas venturosas fiestas  navideñas.

Me parece estupendo, Marcos, pero no te retrases mucho. Recuerda que nos ofreciste  asistir esta tarde a la representación de “Els Pastorets” en el teatro Romea. Las niñas están muy entusiasmadas . . .  y yo también.

Lo recuerdo perfectamente, cariño. La representación empieza a las seis y media de la tarde y una hora antes estaré en casa. Un beso y hasta luego.

Hasta luego, mi amor . . .

Buenas tardes, don Marcos, me saluda efusivamente Oriol, responsable de Logística, en el momento de cruzar la puerta de Cats & Dogs Company, estamos todos enterados del éxito de sus gestiones en Madrid, ¡enhorabuena!

Gracias, Oriol, pero ahora tengo que marcharme. Esta tarde a las cuatro, en la sala de reuniones, les comentaré a todos el resultado de este importante acuerdo.

Hola, Carolina ¿todo preparado para esta tarde a las cuatro, en la sala de reuniones?

Todo preparado, don Marcos, tal como usted ordenó.

Estupendo, deje esta documentación en mi despacho y, por favor, dígale a Joan Puig que he llegado.

Tras un breve saludo Joan y yo nos desplazamos a “Los Inmortales”, donde su propietario, Jaume, nos saluda efusivamente: ¿qué tal, don Marcos, cómo van las cosas?  Pues afortunadamente todo bien, gracias a Dios y ¿ustedes qué tal, Jaume? Pues, luchando, pero no nos podemos quejar  . . . 

Restaurante Los Inmortales
Restaurante Los Inmortales

Eso está bien, vamos a ver Jaume ¿qué nos aconseja usted hoy?  

Pues de entrantes tenemos . . .

Durante el almuerzo le resumo brevemente a Joan el óptimo resultado de las gestiones realizadas en Madrid, pero poniendo especial énfasis en el principal motivo de nuestra reunión: la contratación de la señora Elena Prats.

Observo como Joan escucha atentamente la narración que hago del mini-historial académico, personal y profesional de Elena, a la vez que va asintiendo con su cabeza de forma instintiva.

Al final de mi relato, y mientras saboreo una taza de café, le inquiero a Joan ¿le parece a usted que Elena puede ser la persona que necesitamos?

Tal como usted me ha descrito a esa señora, don Marcos, casi pondría la mano en el fuego. Creo que ha dado usted con la persona idónea.

Me tranquiliza, Joan, que confirme mis impresiones. Me imagino que no tardará mucho en contactar con usted, telefónicamente, para visitar nuestras oficinas y ultimar todos los detalles de su contratación. 

Bueno, Joan, pues si le parece podemos irnos para brindar, por la Navidad, con todo el equipo.

Me parece una excelente idea, don Marcos.

Señoras y señores, como cada año por estas fechas, he querido reunirles para brindar con ustedes. En primer lugar para agradecerles la entrega y sacrificio que, desde siempre, vienen dedicando a Cats & Dogs Company.  Soy consciente que sin su esfuerzo, nuestra firma no estaría ocupando el lugar de privilegio que hoy disfruta.

En segundo lugar quiero adelantarles, que hemos firmado un importante convenio de colaboración con una de las más importantes cadenas a nivel internacional, lo que convierte a nuestra marca en una de las prestigiosas del sector de la alimentación para mascotas.

Y finalmente decirles que vamos a contratar a una nueva empleada que formará parte del staff de Dirección. Espero la acojan con simpatía y cordialidad, como en ustedes es habitual.

El resto de detalles se los facilitará Joan Puig.

Ahora es el momento de brindar por esta Nochebuena y por las fiestas de Navidad.

Por cierto, si no hay nada urgente, pueden marcharse a sus casas después del brindis y nos vemos el próximo lunes 29.

 Las copas se van llenando con cava catalán
Preparando el brindis con cava catalán

Levanto mi copa por los éxitos de  Cats & Dogs Company, por ustedes y por sus familias ¡feliz Navidad para todos!

¡Felices fiestas de Navidad!
¡Felices fiestas de Navidad!

Como una sola voz responden todos ¡feliz Navidad!

¡Ah!  Por cierto, no se olviden de recoger el regalito que para cada uno de ustedes les ha dejado Papá Noel en la sala de recepción.

La tradicional cesta conque la empresa obsequia a sus empleados por Navidad
Obsequio de Cats & Dogs a sus empleados

De nuevo intervienen las voces entremezcladas de los empleados: unos exclaman: ¡Gracias, don Marcos! y otros ¡Gracias, Papá Noel!

No han transcurrido treinta minutos desde el brindis cuando Marcos Ruiz se encuentra estacionando el coche en el garaje de su casa.

Menos mal, me digo, tenemos tiempo de sobra para asistir a la representación que le prometí a mi familia.

Al abrir la puerta de la escalera atrae mi atención la agradable musiquilla de un villancico procedente del luminoso árbol navideño situado en el centro del vestíbulo.

Árbol de Navidad en el vestíbulo de la escalera
Árbol de Navidad en el vestíbulo de la escalera

Creo que esta vez Pepe, el conserje, se ha lucido más que en años anteriores.

Es precisamente Pepe quien, haciendo un inciso en la distribución de la correspondencia en los buzones, interrumpe mi reflexión: Buenas tardes, don Marcos, ¿qué tal el viaje?

Pepe, el conserje
Pepe, el conserje

Pues, afortunadamente, todo muy bien, Pepe,  y usted ¿qué hace aquí todavía? Debería estar en su casa, colocando los regalitos en el árbol de Navidad . . .

¡Ay, don Marcos, ojalá! Este año no va a haber regalitos en el árbol de mi casa!

¿Tan mal se han portado ustedes, para que Papá Noel no les deje algún presente, Pepe?

Al contrario, don Marcos, lo que sucede es que la economía familiar este año no nos lo permite. Verá: mi hijo, Raúl, se ha graduado en la Universidad  y, tanto mi mujer como yo, estamos haciendo un gran esfuerzo para que el chico pueda conseguir la ilusión de su vida. Desde que tuvo uso de razón siempre quiso ser médico.

Pepe, ¿qué tal estudiante es Raúl?

Raúl es un magnífico estudiante y, lo más importante, una gran persona. De pequeñito  ya obtenía excelentes notas. Sus profesores nos han felicitado siempre. Se trata, dicen, de  un alumno ejemplar y muy responsable, tanto dentro como fuera de las aulas. Su madre y yo estamos muy orgullosos de él.

Ustedes solamente tienen un hijo ¿no es cierto, Pepe?

Así es, don Marcos. Mi mujer tuvo graves problemas con el parto de Raúl. A Dios gracias salvó la vida pero la doctora que la asistió nos comunicó que no podría tener más hijos. Como usted se imaginará, fue un duro golpe que hemos aceptado con resignación cristiana.

¡Pues verá usted, Pepe, lo que son las casualidades de la vida! Esta mañana, antes de tomar el avión, de regreso a Barcelona, me crucé con Papá Noel quien me dijo que le diera a usted esto de su parte. Extraigo de mi billetera tres billetes de quinientos euros y se los entrego. Añadió que, aunque no era mucho, seguramente le bastaría a usted para comprar unos regalitos y ponerlos en el árbol.

3 billetes de 500 €
El regalo de Papa Noel a Pepe

No, por favor, don Marcos, es usted muy generoso, pero no puedo aceptarlo.

Se lo ruego, Pepe, cójalo. Le prometí  a Papá Noel que cumpliría con su encargo y ¿quién soy yo para decepcionar a tan ilustre personaje, nada menos, que en Nochebuena?

Pepe, piense que hoy puede ser un gran día . . .

Muchas gracias. Me deja usted asombrado y confundido a la vez. No sé si es usted don Marcos ó Papá Noel, aunque creo que ambos son la misma persona.

Eso es lo que menos debe preocuparle, Pepe, ahora lo esencial es que no pierda usted tiempo y acuda a comprar algunos regalos y los cuelgue en el árbol de Navidad. Saludos a su familia. Dígales que les deseo una venturosa Nochebuena y una feliz Navidad.

Muchas gracias, don Marcos, lo mismo le deseo a usted, a doña Aurora y a las niñas. ¡Qué Dios le bendiga!, jamás olvidaré  su buena acción . . .

¡Y dale con lo mismo, Pepe!, ya le he dicho a usted que, en todo caso, se lo agradezca a Papá Noel.

Desde el interior del ascensor, observo como Pepe, se queda mirando, con rostro de incredulidad, los tres billetes de quinientos euros.

Al tiempo que el ascensor inicia su recorrido hasta el sexto piso, mi cuerpo experimenta una agradable sensación de bienestar. No me había ocurrido nunca, hasta hoy. Es como si Papá Noel me hubiera designado para repartir alegría en este día de Nochebuena.

El ascensor se detiene en el sexto piso. Sin apenas tiempo para introducir la llave en la puerta tercera, Aurora aparece, en el recibidor, como siempre preciosa. Se me antoja, incluso, más bella que nunca. Me besa cariñosamente, al tiempo que llama a las niñas: Montse, Maite, corred, ha llegado papá.

Ante la cariñosa mirada de Aurora mis dos perlas se me arrojan encima para besarme. En ese momento, mientras permanecemos unidos en un cariñoso abrazo, pienso en  lo afortunado que es el hombre que acaba de cruzar el umbral de esta casa: Marcos Ruíz, un ejecutivo exitoso, presidente de Cats & Dogs Company, una empresa de prestigio a nivel internacional, casado desde hace trece años con Aurora, una mujer encantadora, comprensiva, e inteligente, que le ha regalado dos grandes tesoros, Montse y Maite, las mejores hijitas del mundo. Sí, me siento un hombre tremendamente dichoso.

Señoritas, digo refiriéndome a mis tres mujeres, mientras admiro el precioso árbol navideño situado en el salón, ¿recuerdan ustedes que hoy es Nochebuena y que Papá Noel las invitó a llevarlas al teatro para ver la representación de “Els Pastorets”? 

El árbol de Navidad que engalanó Aurora con la ayuda de Montse y Maite
El árbol de Navidad que engalanó Aurora con la ayuda de Montse y Maite

Lo recordamos perfectamente, papá, pero fuiste tú,  y no Papa Noel, quien nos lo prometió.

¿Dije Papá Noel, hijitas?

Sí, papá. 

¿Dije Papá Noel, Aurora, cariño?

Sí, mi amor . . .

Pues, la verdad, no sé en qué estaría pensando . . .

Bueno, cariño, iros preparando. Yo me voy a cambiar de ropa y en un cuarto de hora salimos hacia el teatro.

Mientras me ajusto el nudo de la corbata y  sin apenas tiempo para ponerme la chaqueta, suena mi teléfono móvil en el vestidor del dormitorio, ¿quién podrá ser a esta hora?

¡Dígame!

Buenas tardes, ¿hablo con don Marcos Ruiz?

El mismo, usted dirá . . .

Don Marcos, en principio quiero pedirle disculpas por el atrevimiento. Soy Carles, el esposo de Elena Prats, la señora que contrató usted esta mañana en el avión para incorporarla a su empresa, Cats  & Dogs Company, ¿recuerda?

Naturalmente que lo recuerdo ¿cómo lo podría olvidar?, ¿sucede algo?

En absoluto, don Marcos, al contrario. Elena me ha comentado, muy sucintamente, la conversación sostenida con usted y quiero que sepa que en nuestro hogar vuelve a reinar la alegría. Le ruego excuse mi atrevimiento, pues Elena no sabe nada de esta llamada, pero necesitaba decirle que, gracias a su generosidad, usted ha convertido esta Nochebuena en la más dichosa de nuestras vidas.  Necesitaba expresarle mi agradecimiento y  desearle a usted y a su familia mucha felicidad en estas fiestas.

Su llamada le honra, Carles, pero no olvide que vamos a contratar a su esposa por su valía, por sus conocimientos profesionales y porque entendemos que reúne los requisitos del perfil  de la persona que estamos buscando.

Recuerdo haberle dicho a su esposa, parafraseando la letra de una canción de Joan Manel Serrat, que hoy puede ser un gran día . . .

Y ya que sucedió en Nochebuena, creo que debería agradecérselo, en parte también, a Papá Noel, cuando les visite esta noche.

Hace un momento ya se lo he agradecido, en la persona de usted, porque no me cabe la menor duda de que hoy don Marcos Ruiz ha sido nuestro Papá Noel.

Gracias por el cumplido, Carles, les deseo unas felices fiestas  y salude de mi parte a su esposa.

Agradecido, don Marcos, lo mismo le deseo a usted y a su familia.

Al salir del vestidor, me pregunta Aurora, ¿quién llamó, mi amor, algo importante?

En absoluto, cariño, uno que estaba empeñado en ofrecerme un nuevo servicio de telefonía, pero por suerte me lo he quitado rápidamente de encima.

¡Por cierto, Aurora! Cuando volvamos del teatro, recuérdame que te explique todos los acontecimientos que me han sucedido hoy, desde que salí de Madrid.

Voy a buscar el coche. Pulsaré tres veces al timbre desde el interfono de la calle, para que sepáis que soy yo. Por favor estad preparadas, pues ya sabes que está prohibido estacionar delante del inmueble. 

¡Ah! y da prisa a las niñas pues no quisiera llegar tarde a la representación.

Descuida, cariño, estaremos listas antes de que pulses el timbre.

¡Vamos, niñas, no hagamos esperar a papá, pues ya sabéis que no le gusta aguardar en el coche!

En el  escenario del teatro Romea se alza el telón. El silencio se hace absoluto. Está a punto de empezar el primer acto de la representación de “Els Pastorets”.

"Els Pastorets"
Una escena de «Els Pastorets»

Una radiante sonrisa y una mirada de complicidad afloran en  los rostros de Marcos, Aurora, Montse y Maite  . . .  

¿Papá Noel ó Marcos Ruiz?
¿Papá Noel ó Marcos Ruiz?

¿Papá Noel ó Marcos Ruiz?. . .   ¿Qué más dá!

 

Lo importante es que «hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti»…

 

 

Felíz Navidad y próspero 2015
Felíz Navidad y próspero 2015
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